Internacionales
Revelaciones alarmantes sobre OceanGate: CEO planeaba soborno para ocultar problemas del Titán
Durante una audiencia sobre la tragedia del submarino Titán, Matthew McCoy, ex empleado de OceanGate, testificó que el CEO Stockton Rush le reveló su intención de “comprar un congresista” para resolver problemas relacionados con el sumergible. McCoy dejó la empresa tras esta conversación, que lo dejó “horrorizado”. Aseguró que la falta de certificación y supervisión de la Guardia Costera fue una de sus principales preocupaciones, y recordó que Rush le garantizó que el Titán operaría fuera de la jurisdicción estadounidense, lo que aumentó su inquietud.
En su testimonio, McCoy describió un ambiente de trabajo donde se ignoraban las normas de seguridad. El ex empleado, quien antes sirvió en la Guardia Costera, también mencionó que en 2018 se había presentado una denuncia por prácticas de seguridad deficientes en OceanGate. Esta denuncia, hecha por otro ex empleado, David Lochridge, fue cerrada tras un acuerdo, lo que McCoy consideró como una falta de investigación más exhaustiva sobre la empresa.
McCoy compartió que al principio confiaba en OceanGate, dado su vínculo con instituciones como el Laboratorio de Física Aplicada de la Universidad de Washington y Boeing. Sin embargo, esa confianza se desvaneció cuando descubrió que la compañía había roto la relación con Boeing, quien había dejado de participar en el proyecto del Titán. En su evaluación, McCoy consideró que la ingeniería de la empresa no era adecuada, ya que muchos de los empleados eran pasantes universitarios.
Tras su renuncia en 2017, McCoy perdió interés en OceanGate y dejó de seguir sus actividades. Su testimonio revela serias preocupaciones sobre la seguridad y la ética dentro de la compañía, subrayando la gravedad de los problemas que condujeron a la tragedia del Titán.
Internacionales
Fue lanzada con éxito la misión europea ‘Hera’ para estudiar la defensa planetaria
La Agencia Espacial Europea (ESA) lanzó con éxito la sonda Hera, un proyecto de defensa planetaria, desde Cabo Cañaveral a bordo de un cohete Falcon9 de SpaceX. El lanzamiento ocurrió a pesar de las condiciones meteorológicas adversas debido a la aproximación del huracán Milton. La misión tiene como objetivo estudiar las consecuencias del impacto de la nave DART de la NASA contra el asteroide Dimorphos, parte de un sistema binario, para evaluar métodos de desviar asteroides peligrosos.
La colaboración entre la NASA y la ESA, conocida como AIDA, busca desarrollar capacidades para prevenir colisiones catastróficas de asteroides con la Tierra. Hera se encontrará con el asteroide en octubre de 2026 para estudiar durante seis meses el impacto y recolectar datos sobre su masa, estructura y comportamiento gravitacional. La misión forma parte de un enfoque innovador para mitigar amenazas espaciales futuras.
El impacto de DART en 2022 logró desviar la órbita de Dimorphos en 32 minutos, y ahora Hera se encargará de analizar el resultado de ese choque. Los científicos esperan comprender mejor cómo este tipo de maniobras puede proteger a la Tierra en caso de una amenaza real. La sonda llevará dos pequeños satélites que también ayudarán a recabar información crucial sobre el asteroide.
Con un costo de 363 millones de euros y la participación de 18 países, la misión Hera representa un avance significativo en la defensa planetaria. Su éxito permitirá a las agencias espaciales desarrollar tácticas que podrían ser vitales para desviar asteroides peligrosos en el futuro y evitar posibles desastres globales como el que causó la extinción de los dinosaurios.