Internacionales
Francia se une a la búsqueda del submarino desaparecido que exploraba el Titanic
Francia enviará un buque equipado con un submarino autónomo para grandes profundidades para que ayude en la búsqueda y rescate de un sumergible desaparecido que llevaba a turistas adinerados a visitar el lugar donde se hallaron los restos del Titanic, informó el martes el Gobierno francés.
El barco, llamado Atalante, está gestionado por el instituto de investigación Ifremer, que dijo que la Marina estadounidense se había puesto en contacto con él el lunes para pedirle ayuda.
“Lleva el robot autónomo Victor 6000, capaz de descender a una profundidad de 6,000 metros, más allá de los 3,800 metros de la posición del pecio“, dijo Ifremer, añadiendo que se esperaba que el barco llegara al lugar el miércoles por la tarde hora local.
También se está enviando urgentemente a miembros de la tripulación de otro buque a la operación de búsqueda.
Una fuente gubernamental confirmó a Reuters que un ciudadano francés, el explorador francés Paul-Henri Nargeolet de 77 años, se encontraba entre las personas a bordo del buque desaparecido.
Autoridades, empresas y familias identificaron este martes a las cinco personas que viajaban a bordo del submarino de la empresa OceanGate Expeditions que desapareció el domingo durante una inmersión para acercarse a los restos del ‘Titanic’, situado frente a la costa atlántica de Canadá.
La propia familia confirmó en un comunicado la presencia a bordo del magnate de origen paquistaní Shahzada Dawood, residente en Reino Unido, y de su hijo, Suleman. “Pedimos a todos que recen por su bienestar mientras se respeta la privacidad de la familia en este momento”, reza la nota, recogida por la CNN.
A bordo también viajaría el empresario británico Hamish Harding, presidente de la empresa de Action Aviation y el aventurero francés Paul-Henry Nargeolet, que figura frente a Harding en una reciente publicación de Facebook, según la cadena BBC.
La lista la completa supuestamente el consejero delegado de OceanGate, Stockton Rush.
El sumergible desapareció a unos 700 kilómetros de la costa de Newfoundland, sin que por el momento se tengan pistas sobre sus paraderos. Perdió el contacto con la superficie menos de dos horas después de iniciar la inmersión y los expertos estiman que el oxígeno a bordo puede durar hasta 96 horas, en el mejor de los escenarios planteados en las últimas horas.
El operativo se desarrolla por superficie y también desde el aire, con dos helicópteros C-130 de Estados Unidos.
La cadena de televisión británica BBC, fue la primera que informó sobre que el explorador británico Hamish Harding, de 58 años de edad, es una de las personas que se encuentran en el submarino.
En su página de Facebook, Harding anunció el 17 de junio que se había unido a OceanGate Expeditions para participar en una de las misiones al Titanic.
Internacionales
Hallazgos arqueológicos revelan el consumo de cocaína en Europa desde el siglo XVII
Investigadores han descubierto evidencia de consumo de cocaína en la cripta de un antiguo hospital en Milán, sugiriendo que los europeos estaban consumiendo hojas de coca desde el siglo XVII, mucho antes de que la droga fuera aislada por un químico alemán. Gaia Giordano, estudiante de posgrado, lideró el análisis de cráneos y tejidos cerebrales de nueve personas enterradas en la cripta del hospital Ca’ Granda. Los resultados, que se publicarán en el Journal of Archaeological Science, indican que al menos dos individuos masticaron hojas de coca, lo que marca la prueba más antigua de consumo de cocaína en la Europa premoderna.
Los hallazgos apuntan a que los milaneses pudieron haber tenido acceso a las mismas hojas de coca utilizadas por civilizaciones sudamericanas para aliviar el dolor y aumentar la energía. Aunque no se conoce con certeza cómo la planta llegó a Europa, se especula que los colonizadores españoles, atraídos por las propiedades analgésicas de la cocaína, pudieron haber introducido las hojas como un remedio. Christine VanPool, antropóloga de la Universidad de Misuri, sugiere que es plausible que un español enfermo decidiera probar las hojas en busca de alivio.
Benjamin Breen, historiador de la Universidad de California, también apoya la idea de que la coca pudo haber llegado a Europa como un producto médico curioso. La cripta de Ca’ Granda, que contiene unos 2.9 millones de huesos, es considerada un centro de comercio que pudo haber recibido la planta antes que otras ciudades europeas. Los documentos históricos indican que los viajeros europeos del siglo XVI ya habían notado el uso de las hojas de coca entre las civilizaciones indígenas.
A pesar del escepticismo inicial sobre los hallazgos, Breen encontró respaldo en relatos históricos, como los del misionero español José de Acosta, quien observó el uso de hojas de coca en América del Sur. Este contexto histórico refuerza la idea de que la planta fue vista como un producto medicinal. En cuanto a los restos analizados, se determinó que uno de los consumidores era un hombre de entre 30 y 45 años que padecía sífilis, aunque no se pudo establecer la condición de la otra persona.
Los investigadores concluyen que el consumo de cocaína podría haber sido tanto recreativo como medicinal. Sin embargo, los registros del hospital no indican que se proporcionaran hojas de coca como tratamiento oficial. En cambio, un estudio previo sugirió que el uso de productos derivados de la amapola real fue un tratamiento médico reconocido en Ca’ Granda. Esto sugiere que la cocaína podría haber sido utilizada de manera no oficial entre los pacientes del hospital.