Internacionales
El lago más grande de China se ve afectado por la sequía

El lago de agua dulce más grande de China alcanza un nivel mínimo histórico debido a la sequía, los operarios abrieron zanjas para hacer que el agua siga fluyendo y riegue los cultivos.
Una fuerte caída en el nivel del agua en el lago Poyang, ubicado en la provincia central de Jiangxi, ha cortado los canales de riego de las tierras vecinas en una de las principales regiones productoras de arroz de China.
Pero los operarios, que solo trabajan por la noche debido a las altas temperaturas durante el día, emplearon excavadoras para abrir las zanjas, según reportó la agencia noticiosa oficial Xinhua.
El aumento de las temperaturas provocó incendios en las montañas que obligaron la evacuación de 1500 personas en el suroeste de China, y las fábricas redujeron su producción mientras las centrales hidroeléctricas reducen su rendimiento debido a la sequía.
La sequía y el calor han marchitado los cultivos y reducido el caudal de los ríos, incluyendo el gigantesco río Yangtsé, interrumpiendo el transporte de mercancías y reduciendo la producción de energía.
El lago Poyang es alimentado por los principales ríos del país, y tiene un promedio de 3500 kilómetros cuadrados en la temperatura alta, pero se reduce a solo 737 kilómetros en medio de la última sequía.
Una amplia franja del oeste y centro de China ha visto días con temperaturas superiores a los 40 °C (104 °F) debido a las olas de calor del verano, que comenzaron antes y duraron más de lo habitual.
En una de las ciudades más afectadas, Chongqing, los centros comerciales retrasaron su apertura a las 16:00 horas y los residentes buscaron dejar atrás el calor en refugios antiaéreos que datan de la Segunda Guerra Mundial. La situación en China es un reflejo de lo que ocurre en Europa y en otros puntos del hemisferio norte, donde las altas temperaturas están pasando factura en la salud pública, en la producción de alimentos y en el medio ambiente en general.
Internacionales
Donald Trump ordena implementar la pena de muerte en Washington D.C.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó un memorándum dirigido a la fiscal general, Pam Bondi, y a la fiscal del Distrito de Columbia, Jeanine Pirro, en el que instruye la implementación “plena” de la pena de muerte en la capital estadounidense. La medida revierte la abolición de la pena capital en Washington D.C., vigente desde 1981, y busca responder a lo que la administración califica como un aumento de la criminalidad en la ciudad.
Según el memorándum, los fiscales federales deberán buscar la pena de muerte en todos los casos apropiados bajo la legislación federal, particularmente en delitos graves como homicidios y asesinatos de agentes de policía. Además, se indica que ejercerán jurisdicción federal para garantizar la aplicación de la pena capital, en lo que la administración Trump considera una acción necesaria para mantener la seguridad.
La decisión ha generado un amplio debate. Expertos legales y organizaciones de derechos civiles han expresado su preocupación por la posible violación del derecho de autogobernanza de Washington D.C., cuya población ha rechazado la pena de muerte en referendos anteriores. También se cuestiona el impacto de esta medida sobre las normas legales y la autonomía local.
Esta acción forma parte de una serie de iniciativas del gobierno de Trump para expandir el uso de la pena de muerte a nivel federal, incluyendo la reactivación de ejecuciones federales tras la pausa durante la administración de Joe Biden. La medida consolida un cambio significativo en la política criminal de la capital estadounidense y promete generar un intenso debate jurídico y político en los próximos meses.