Ordenó el Partido Laborista británico investigar las acusaciones de racismo del príncipe Harry y su esposa, tras la entrevista con la presentadora de televisión estadounidense Oprah Winfrey, quien aclaró que ni la reina Isabel II ni su marido, el príncipe Felipe, hicieron ningún comentario sobre el color de piel que tendría el hijo.

La orden surge luego de que el gobierno conservador del primer ministro, Boris Johnson, aseguró no haber visto la entrevista emitida anoche en Estados Unidos y el lunes en el Reino Unido.

La presentadora informó al respecto que ni el príncipe ni su esposa revelaron la identidad de las personas que mostraron dudas por la apariencia del hijo, ni delante ni detrás de las cámaras.

Lo anterior, luego de que Megan Markle revelara en dicha entrevista que durante su embarazo tuvo pensamientos suicidas por las presiones ante el posible color de piel de su hijo y afirmó que la Casa Real se negó a ayudarla, precisando que los presuntos comentarios racistas se dieron en conversaciones que la familia tuvo con el príncipe Harry, pero ella se negó a identificar a quienes los realizaron porque sería muy dañino para ellos.