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Aparece otro tinaco rondando las calles inundadas de Guadalajara

Después de las intensas lluvias que ocurrieron la tarde del jueves 31 de agosto, se presenciaron escenas asombrosas en las calles de Guadalajara, Jalisco. Un tinaco de gran tamaño y un hombre en un kayak fueron vistos navegando por las corrientes de agua generadas por las inundaciones.
Estos incidentes fueron captados en videos que se compartieron en las redes sociales. En uno de los videos se puede apreciar cómo un tinaco de la marca Rotoplas flota en la superficie del agua en una de las calles inundadas, dejando a los transeúntes sorprendidos por la inusual vista.
En otro video, se observa a un hombre que decide aventurarse a dar un paseo por las calles en su kayak, mientras hace comentarios humorísticos sobre la situación. Con una amplia sonrisa, bromea diciendo: “A darle un ratillo, está fuerte la lluvia. Yo creo que si me agarra la corriente me lleva hasta Chapala, ¿eh?. Ánimo, banda”.
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Una historia que nos invita a reflexionar

En 2015, al borde de una carretera, una pequeña casa azul de techo de lámina comenzó a ser testigo de una vida sencilla pero profunda. Allí vivía una pareja de ancianos que, año tras año, aparecía en las imágenes de Google Maps: tomando el sol, pelando verduras, conversando o simplemente contemplando la vida pasar. No necesitaban nada más, porque se tenían el uno al otro.
El tiempo siguió su curso. En 2020, seguían juntos, compartiendo cada día como siempre. Pero en 2021, la escena cambió: él ya no estaba. Solo ella permanecía, apoyada en la puerta o sentada en el mismo banco donde antes compartían todo.
Para 2023, la casa mostraba las marcas del paso de los años: paredes descascaradas, colores apagados. Y aun así, ella seguía allí, firme, como si esperara en silencio, recordando lo que alguna vez fue.
En 2025, ya no quedaba nada. Ni la casa azul, ni el banco de madera, ni el techo oxidado. Solo un terreno vacío y el eco de una historia que dejó huella en quienes tuvieron la oportunidad de verla.
Hay relatos que no llegan a los periódicos ni a la televisión. Se esconden en rincones olvidados, como la casa donde dos corazones envejecieron juntos, cuya memoria desapareció silenciosamente… pero cuyo testimonio permanece en la mirada de quienes la descubrieron.