Internacionales
España declara fin de la crisis sanitaria por COVID-19 y de cubrebocas obligatorio

Los cubrebocas ya no serán obligatorios en centros sanitarios, sociosanitarios y farmacias de España, según un acuerdo aprobado este martes por el Gobierno español, que declara la finalización de la situación de crisis sanitaria ocasionada por el COVID-19.
Estos lugares eran ya los únicos donde era obligatorio llevar mascarilla, después de que el Gobierno levantara el pasado febrero la moratoria para los transportes públicos.
El acuerdo, que entrará en vigor una vez se publique en el Boletín Oficial del Estado, subraya “la especial vulnerabilidad de los centros sanitarios” y “la necesidad de reforzar el uso de la mascarilla en determinados contextos”.
Entre ellos, para las personas que trabajan en unidades de cuidados intensivos y en unidades con pacientes vulnerables; urgencias hospitalarias o de atención primaria, incluida la sala de espera; centros residenciales de mayores y personas con discapacidad y personas sintomáticas cuando estén en espacios compartidos y profesionales que les atienden.
En el caso de las residencias de mayores y personas con discapacidad, el acuerdo insta a tomar “precauciones adicionales en el caso de aparición de síntomas en trabajadores, residentes o visitantes, para evitar brotes y cuidando el bienestar de los mayores, tanto físico como emocional”.
El acuerdo valora el informe del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES) que, de forma consensuada con la Ponencia de Alertas, considera que el COVID-19 “ha sido controlada y, aunque esta enfermedad continúa siendo relevante para la salud pública, ya no supone una situación de crisis sanitaria en España”.
Internacionales
Donald Trump ordena implementar la pena de muerte en Washington D.C.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó un memorándum dirigido a la fiscal general, Pam Bondi, y a la fiscal del Distrito de Columbia, Jeanine Pirro, en el que instruye la implementación “plena” de la pena de muerte en la capital estadounidense. La medida revierte la abolición de la pena capital en Washington D.C., vigente desde 1981, y busca responder a lo que la administración califica como un aumento de la criminalidad en la ciudad.
Según el memorándum, los fiscales federales deberán buscar la pena de muerte en todos los casos apropiados bajo la legislación federal, particularmente en delitos graves como homicidios y asesinatos de agentes de policía. Además, se indica que ejercerán jurisdicción federal para garantizar la aplicación de la pena capital, en lo que la administración Trump considera una acción necesaria para mantener la seguridad.
La decisión ha generado un amplio debate. Expertos legales y organizaciones de derechos civiles han expresado su preocupación por la posible violación del derecho de autogobernanza de Washington D.C., cuya población ha rechazado la pena de muerte en referendos anteriores. También se cuestiona el impacto de esta medida sobre las normas legales y la autonomía local.
Esta acción forma parte de una serie de iniciativas del gobierno de Trump para expandir el uso de la pena de muerte a nivel federal, incluyendo la reactivación de ejecuciones federales tras la pausa durante la administración de Joe Biden. La medida consolida un cambio significativo en la política criminal de la capital estadounidense y promete generar un intenso debate jurídico y político en los próximos meses.