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Ciencia y Tecnología

Escáner encuentra un collar de oro junto al diente de un tiburón prehistórico entre los restos del Titanic

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Foto: Internet

Un collar con el diente de un tiburón prehistórico conocido como megalodón ha sido descubierto entre los restos del Titanic durante un escaneo digital del barco hundido.

El collar permaneció en el fondo del océano durante más de 100 años tras el hundimiento del Titanic en 1912, según Magellan, una empresa de investigación en aguas profundas que llevó a cabo el escaneo.

Las imágenes del escáner muestran un collar de oro con un diente de megalodón, conocido científicamente como Otodus megalodon, un tiburón prehistórico que vivió hace más de 23 millones de años.

Los megalodones eran más rápidos que cualquier tiburón vivo en la actualidad y lo bastante grandes como para comerse una orca en sólo cinco bocados.

El collar fue descubierto por Magellan durante un proyecto para realizar un escaneo digital completo del Titanic que, según la empresa, es el mayor proyecto submarino de este tipo en la historia.

Richard Parkinson, CEO de Magellan, dijo que el hallazgo era “asombroso, hermoso e impresionante”.

“Lo que no se sabe mucho es que el Titanic está dividido en dos partes y que hay un campo de escombros de tres millas cuadradas entre la proa y la popa”, declaró Parkinson a ITV la semana pasada. “El equipo cartografió el campo con tal detalle que pudimos distinguir este tipo de cosas”.

A principios de este mes se dieron a conocer detalles del proyecto. Magellan y los realizadores cinematográficos de Atlantic Productions dijeron entonces que un equipo de científicos utilizó el mapeo de las profundidades marinas para crear “un ‘Gemelo Digital’ exacto de los restos del Titanic por primera vez”.

Los científicos consiguieron “develar detalles de la tragedia y descubrir información fascinante sobre lo que realmente les ocurrió a la tripulación y a los pasajeros aquella fatídica noche” del 14 de abril de 1912, decía el comunicado de prensa de principios de este mes.

El Titanic era el barco más grande de la época y se creía casi inexpugnable. Pero chocó contra un iceberg en el Atlántico y más de 1.500 personas murieron en el hundimiento, conmocionando al mundo y provocando indignación por la falta de botes salvavidas a bordo.

Según el comunicado, en el verano de 2022, un barco especializado estacionado a 700 kilómetros de la costa canadiense llevó a cabo escaneos de los restos del naufragio. Los estrictos protocolos prohibían a los miembros del equipo tocar o perturbar los restos del naufragio, que, según subrayaron los investigadores, fue tratado con el “mayor de los respetos.”

La réplica digital final logró capturar la totalidad del barco hundido, incluidas las secciones de la proa y popa, que se habían separado al hundirse.

Ciencia y Tecnología

La pastilla que sustituye al ejercicio está cada vez más cerca: ¿un avance revolucionario o un riesgo para la salud?

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Investigadores han descubierto nuevos compuestos químicos que podrían imitar los beneficios del ejercicio físico, ofreciendo la posibilidad de una píldora que reemplace la actividad física. Presentado en la reunión de primavera de la Sociedad Química Estadounidense, este avance plantea interrogantes sobre sus implicaciones para la salud y el bienestar humano.

El compuesto SLU-PP-332, desarrollado por científicos dirigidos por Bahaa Elgendy, profesor de anestesiología en la Universidad de Washington en St. Louis, activa proteínas especializadas llamadas receptores relacionados con el estrógeno (ERR), imitando así los efectos del ejercicio sobre el metabolismo y el crecimiento de las células musculares.

Aunque este avance podría beneficiar a personas que no pueden ejercitarse por razones médicas o enfermedades que causan atrofia muscular, como la distrofia muscular de Duchenne, plantea preocupaciones éticas y de salud. Algunos expertos advierten sobre los posibles riesgos de una píldora que sustituya al ejercicio, destacando la importancia de la actividad física para la salud mental y cardiovascular.

Si bien SLU-PP-332 muestra promesas para combatir enfermedades como la insuficiencia cardíaca, la obesidad y la enfermedad de Alzheimer, se requiere más investigación para comprender completamente sus efectos y riesgos potenciales. Mientras tanto, los científicos continúan explorando esta nueva frontera en la medicina, con la esperanza de mejorar la calidad de vida de aquellos que enfrentan limitaciones físicas o enfermedades incapacitantes.

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