En Nueva Zelanda un pescador se percató de que algo flotaba en el mar y al acercarse descubrió que era un bebé y que aún se encontraba con vida.

Guss Hutt fue quien se percató de la presencia del bebé en la playa de Matata, mismo que dijo haber visto que el bebé flotaba de manera lateral sobre su costilla izquierda y para su sorpresa seguía respirando.

Tras lo ocurrido, el pescador contactó a su esposa, quien se encontraba en tierra para contarle lo ocurrido y perdirle que buscará a los papás del bebé.

Por lo cual, Sue Hutt, esposa del pescador, se contactó con el gerente de un campamento playero cercano, quien identificó a los posibles padres del menor, pues en ese momento era la única familia que contaba con un integrante de 18 meses.

Cuando el gerente fue a buscarlos, los padres se encontraban dormidos. Y es por eso que se cree que mientras la pareja tomaba una siesta el menor abrió la tienda de campaña donde se encontraban y se dirigió a la playa.

Tras su regreso a la playa, el pescador y el bebé fueron recibidos por un grupo seguridad quienes se encargaron de brindar primeros auxilios y trasladar a un hospital al menos para posteriormente ser reportado fuera de peligro.