Internacionales
El debate de Joe Biden y Donald Trump, rumbo a las elecciones presidenciales en Estados Unidos

El primer debate presidencial entre Joe Biden y Donald Trump estuvo marcado por un enfrentamiento acalorado y lleno de ataques personales. Biden, visiblemente afectado por un resfriado, enfrentó duras críticas de Trump sobre su capacidad de liderazgo y sus políticas. Ambos candidatos evitaron el tradicional apretón de manos al inicio del debate, reflejando el profundo desprecio mutuo que han cultivado desde sus pasadas contiendas.
Trump aprovechó la oportunidad para cuestionar el desempeño económico de Biden, acusándolo de llevar a Estados Unidos hacia un declive similar al de una nación del Tercer Mundo. Por su parte, Biden calificó a Trump como “el peor presidente de la historia de Estados Unidos”, subrayando sus diferencias en política exterior y su apoyo a alianzas internacionales frente al enfoque más aislacionista de Trump.
Los candidatos de 2024, Biden con 81 años y Trump con 78, representan las opiniones más divergentes sobre el futuro de Estados Unidos y su papel en el escenario mundial. Biden aboga por mantener alianzas estrechas con Europa, mientras que Trump favorece un enfoque más aislacionista.
En cuanto a la guerra en Ucrania, Biden ha liderado el apoyo occidental a Kiev contra la invasión rusa, mientras que Trump ha expresado dudas sobre el continuo respaldo de Estados Unidos a Ucrania, prometiendo resolver el conflicto sin especificar cómo. Ambos candidatos apoyan a Israel en su conflicto con Hamás, aunque Biden ha criticado la conducta del primer ministro israelí Benjamin Netanyahu en Gaza y ha instado a un alto el fuego, algo que Trump rechaza.
Los temas del debate, ad hoc a los que querían Trump y Biden CNN ofreció exactamente los temas que los candidatos querían discutir. En las semanas previas al debate, los candidatos y sus campañas indicaron abiertamente de qué querían hablar: para Biden, el derecho al aborto, el estado de la democracia y la economía. Trump quería hablar de migración, seguridad pública e inflación. En cada caso, los asesores de los candidatos pensaron que les permitiría preparar temas de conversación ganadores.
Cada candidato reiteró posiciones que ya había defendido innumerables veces en la campaña y se centraron en gran medida en criticar los antecedentes de cada uno y lanzarse ataques personales. Por otro lado, Biden pareció perder el hilo de sus pensamientos, le costaba comunicar sus posiciones sobre una variedad de cuestiones y su voz estaba entrecortada, al mismo tiempo, la Casa Blanca dijo que el mandatario estaba presentando síntomas de un resfriado. Eso favoreció a Trump no sólo para sacar sus ataques, sino para mostrar que podría debatir con fuerza.
Internacionales
Donald Trump ordena implementar la pena de muerte en Washington D.C.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó un memorándum dirigido a la fiscal general, Pam Bondi, y a la fiscal del Distrito de Columbia, Jeanine Pirro, en el que instruye la implementación “plena” de la pena de muerte en la capital estadounidense. La medida revierte la abolición de la pena capital en Washington D.C., vigente desde 1981, y busca responder a lo que la administración califica como un aumento de la criminalidad en la ciudad.
Según el memorándum, los fiscales federales deberán buscar la pena de muerte en todos los casos apropiados bajo la legislación federal, particularmente en delitos graves como homicidios y asesinatos de agentes de policía. Además, se indica que ejercerán jurisdicción federal para garantizar la aplicación de la pena capital, en lo que la administración Trump considera una acción necesaria para mantener la seguridad.
La decisión ha generado un amplio debate. Expertos legales y organizaciones de derechos civiles han expresado su preocupación por la posible violación del derecho de autogobernanza de Washington D.C., cuya población ha rechazado la pena de muerte en referendos anteriores. También se cuestiona el impacto de esta medida sobre las normas legales y la autonomía local.
Esta acción forma parte de una serie de iniciativas del gobierno de Trump para expandir el uso de la pena de muerte a nivel federal, incluyendo la reactivación de ejecuciones federales tras la pausa durante la administración de Joe Biden. La medida consolida un cambio significativo en la política criminal de la capital estadounidense y promete generar un intenso debate jurídico y político en los próximos meses.