Internacionales
“Conflicto Armado Interno en Ecuador: Desarrollo de los Hechos y Respuesta del Gobierno”

Ecuador se encuentra en estado de conmoción desde el martes, cuando un grupo de hombres armados y encapuchados irrumpió en el set de TC Televisión en Guayaquil, tomando como rehenes a periodistas y empleados, un incidente que ha generado impacto a nivel internacional.
Las imágenes transmitidas en directo mostraron a un joven apuntando con una escopeta al periodista José Luis Calderón mientras, a unos 3 kilómetros, otro grupo amenazaba a maestros y estudiantes en la sede de la Universidad de Guayaquil. Mientras tanto, fuera de estos recintos, grupos armados incendiaban vehículos mientras la población intentaba huir.
Ante estos hechos, el presidente de Ecuador, Daniel Noboa, ordenó a las fuerzas militares restablecer el orden y declaró la existencia de un “conflicto armado interno” en la nación andina. Esta decisión se produjo después de que el lunes se declarara el estado de excepción debido a graves incidentes en seis cárceles del país, que incluyeron secuestros de policías y fugas de líderes de bandas delictivas.
La respuesta del Ejecutivo busca abordar una creciente crisis de seguridad en Ecuador, agravada en los últimos tres años. En 2023, el país registró un récord histórico de homicidios con 7,878, de los cuales solo se resolvieron 584, evidenciando la complejidad y gravedad de la situación.
De acuerdo con el derecho internacional humanitario, un conflicto armado interno implica enfrentamientos armados prolongados entre fuerzas gubernamentales y uno o más grupos armados organizados. Además, se requiere que el conflicto alcance un nivel mínimo de intensidad y que las partes involucradas posean una estructura organizada, según el Comité Internacional de la Cruz Roja, basándose en los Convenios de Ginebra y la jurisprudencia internacional.
Internacionales
Trump confirma destrucción de submarino usado para tráfico de drogas en el Caribe
Washington, D.C.– El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, confirmó que las fuerzas estadounidenses destruyeron un submarino semisumergible que estaba siendo utilizado para el tráfico de drogas en el mar Caribe, cerca de la costa venezolana.
El ataque, realizado el 16 de octubre de 2025, dejó un saldo de seis presuntos narcotraficantes muertos y dos sobrevivientes capturados, quienes actualmente permanecen bajo custodia en un buque de la Marina de los Estados Unidos. Trump calificó a los atacantes como “narcoterroristas” y señaló que el gobierno de Nicolás Maduro ha ofrecido “todo” para evitar un enfrentamiento directo con Estados Unidos.
Estas acciones forman parte de una campaña militar estadounidense dirigida a combatir el narcotráfico en la región, que ha incluido ataques a embarcaciones vinculadas a organizaciones criminales venezolanas desde septiembre de 2025.
El gobierno de Venezuela ha reaccionado denunciando estas operaciones como violaciones a su soberanía y ha movilizado a su milicia, mientras que en Estados Unidos algunos legisladores cuestionan la legalidad de los ataques sin la aprobación del Congreso.
Trump enfatizó que las acciones buscan interrumpir las rutas de narcotráfico y desmantelar las estructuras criminales en la región, reafirmando el compromiso de su administración de mantener el control sobre el tráfico de drogas en el Caribe.
El hecho genera preocupación internacional por la escalada de operaciones militares y plantea interrogantes sobre las relaciones entre Estados Unidos y Venezuela, así como sobre la seguridad en la región fronteriza del Caribe.





