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Así es por dentro el ‘Xóchibus’ de Xóchitl Gálvez: Un vehículo de campaña innovador
La candidata de la coalición PAN, PRI y PRD, Xóchitl Gálvez Ruiz, ha dado a conocer su innovador medio de transporte para recorrer México durante su campaña electoral: el ‘Xóchibus’. Este vehículo, adornado con tonos de rosa mexicano en su exterior, no solo promete comodidad y rapidez, sino que también se convierte en un símbolo de su campaña bajo el lema “Por un México Sin Miedo”.
El ‘Xóchibus’ cuenta con 32 asientos estratégicamente dispuestos, servicios sanitarios y mesas plegables, garantizando no solo comodidad, sino también funcionalidad para sus ocupantes. Durante un viaje inaugural desde Campeche hasta Yucatán, se pudo apreciar el interior del vehículo a través de un video que se viralizó en las redes sociales.
En su interior, el ‘Xóchibus’ está adornado con consignas motivadoras como “Que nadie te diga que no puedes”, “La esperanza es nuestra” y “Vota sin miedo”, reflejando el compromiso de transformación y esperanza de la candidata. Además, el logotipo de la coalición “Fuerza y Corazón por México” adorna el vehículo, destacando el respaldo político que respalda la candidatura de Xóchitl Gálvez.
El ‘Xóchibus’ se une a la tradición de candidatos presidenciales que han optado por utilizar un autobús emblemático durante sus campañas, como ‘El Agualeguas’ de Carlos Salinas de Gortari o ‘El Chamaquío’ de Manuel Clouthier. Con este innovador medio de transporte, Xóchitl Gálvez busca dejar una marca en el panorama político mexicano.
En 2015, al borde de una carretera, una pequeña casa azul de techo de lámina comenzó a ser testigo de una vida sencilla pero profunda. Allí vivía una pareja de ancianos que, año tras año, aparecía en las imágenes de Google Maps: tomando el sol, pelando verduras, conversando o simplemente contemplando la vida pasar. No necesitaban nada más, porque se tenían el uno al otro.
El tiempo siguió su curso. En 2020, seguían juntos, compartiendo cada día como siempre. Pero en 2021, la escena cambió: él ya no estaba. Solo ella permanecía, apoyada en la puerta o sentada en el mismo banco donde antes compartían todo.
Para 2023, la casa mostraba las marcas del paso de los años: paredes descascaradas, colores apagados. Y aun así, ella seguía allí, firme, como si esperara en silencio, recordando lo que alguna vez fue.
En 2025, ya no quedaba nada. Ni la casa azul, ni el banco de madera, ni el techo oxidado. Solo un terreno vacío y el eco de una historia que dejó huella en quienes tuvieron la oportunidad de verla.
Hay relatos que no llegan a los periódicos ni a la televisión. Se esconden en rincones olvidados, como la casa donde dos corazones envejecieron juntos, cuya memoria desapareció silenciosamente… pero cuyo testimonio permanece en la mirada de quienes la descubrieron.
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