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La Internacional Villahermosa

Ciencia y Tecnología

Sobreexposición a la luz azul de dispositivos digitales produce cataratas

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En los últimos tres años la mayoría de la población ha abusado del uso de dispositivos digitales, sobre todo en la noche, antes de dormir, lo que ha provocado alteraciones en la calidad del sueño y los ritmos circadianos por la estimulación fótica o luminosa, consideró la investigadora titular de la Facultad de Ciencias de la UNAM, Pilar Durán Hernández.

La luminosidad que los teléfonos celulares emiten a nuestros ojos durante la noche aumenta el estado de alerta de los usuarios y también provoca daños al órgano que modula la visión. Por ello, debemos cuidarlos evitando estos estímulos nocivos de la luz azul que también alteran los ritmos circadianos.

Todo exceso es malo, la sobreexposición a la luz azul de los dispositivos digitales también nos provoca degeneración macular, cataratas, alteraciones en corneas y ojo seco, un problema por el abuso en el uso de estas tecnologías”, expresó al participar en la Semana Internacional del Cerebro 2023.

La especialista en Neurobiología explicó que el sueño está controlado por un proceso homeostático (capacidad de los seres vivos de mantener la estabilidad interior de sus cuerpos) y otro circadiano, por lo que es necesario dormir para tener buena salud, y descansar para recuperar lo que perdimos durante el sueño; cuando estamos ante un estímulo fótico esto ya no ocurre.

Durante la conferencia El sueño y la vigilia, un ciclo que nos trae de cabeza, expresó: las más nocivas de las luces son la ultravioleta y la ultravioleta azul (de longitud de onda corta), que normalmente recibimos por los dispositivos digitales, que también podrían generarnos cataratas y alteraciones en el despertar.

Cuando esa luminosidad llega a la retina es absorbida por los bastones y conos (células fotorreceptores clásicas de la retina) lo que provoca disminución en la cantidad de melatonina que se secreta y que conduce a cambios en la expresión genética, lo que genera alteraciones epigenética o cambios puntuales que podríamos heredar a nuestra descendencia. Ocasionaría modificaciones a largo plazo en la plasticidad neuronal y en la actividad neuronal.

Puntualizó que la luz azul más saludable que los seres humanos podemos recibir es la natural, la que proviene del Sol, y que nos permite tener un buen ciclo del sueño-vigilia, fijar la vitamina D y suprimir la melatonina al despertar.

En la edad adulta, continuó, se generan nuevas neuronas, proceso que podría verse reducido cuando se está ante estímulos nocturnos de luz fótica, así como una etapa elevada de neuroinflamación; es decir, un alto grado de estrés oxidativo en nuestros tejidos, disminución en los procesos aprendizaje-memoria y alteraciones en nuestro estado de ánimo.

En el caso de los jóvenes evitar dormir y no respetar su ritmicidad circadiana les podría pasar factura a largo plazo, toda vez que las enfermedades neurodegenerativas pueden dispararse o agravarse por alteraciones en el ciclo del sueño-vigilia. Algo que también puede ocurrir en aquellas personas que cambian constantemente de horario laboral, por ejemplo, guardias de seguridad; quienes trabajan en fábricas con horarios movibles, azafatas y pilotos.

Si no cuidamos nuestra salud también estaríamos en posibilidad de padecer una serie de desórdenes del ciclo sueño-vigilia como insomnio, hipersomnolencia diurna, narcolepsia, apnea del sueño –que puede provocar muerte neuronal–, desórdenes del sueño paradójico como realizar actividades en horarios que son para descansar, así como el síndrome de piernas inquietas.

Si queremos asegurar un sueño reparador es necesario evitar el consumo de bebidas exudadoras del sistema nervioso central, la actividad física intensa por la noche, así como el uso de dispositivos digitales por lo menos dos horas antes de irnos a dormir, de preferencia sacarlos de la recámara; además de procurar dormir siempre a la misma hora.

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La pastilla que sustituye al ejercicio está cada vez más cerca: ¿un avance revolucionario o un riesgo para la salud?

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Investigadores han descubierto nuevos compuestos químicos que podrían imitar los beneficios del ejercicio físico, ofreciendo la posibilidad de una píldora que reemplace la actividad física. Presentado en la reunión de primavera de la Sociedad Química Estadounidense, este avance plantea interrogantes sobre sus implicaciones para la salud y el bienestar humano.

El compuesto SLU-PP-332, desarrollado por científicos dirigidos por Bahaa Elgendy, profesor de anestesiología en la Universidad de Washington en St. Louis, activa proteínas especializadas llamadas receptores relacionados con el estrógeno (ERR), imitando así los efectos del ejercicio sobre el metabolismo y el crecimiento de las células musculares.

Aunque este avance podría beneficiar a personas que no pueden ejercitarse por razones médicas o enfermedades que causan atrofia muscular, como la distrofia muscular de Duchenne, plantea preocupaciones éticas y de salud. Algunos expertos advierten sobre los posibles riesgos de una píldora que sustituya al ejercicio, destacando la importancia de la actividad física para la salud mental y cardiovascular.

Si bien SLU-PP-332 muestra promesas para combatir enfermedades como la insuficiencia cardíaca, la obesidad y la enfermedad de Alzheimer, se requiere más investigación para comprender completamente sus efectos y riesgos potenciales. Mientras tanto, los científicos continúan explorando esta nueva frontera en la medicina, con la esperanza de mejorar la calidad de vida de aquellos que enfrentan limitaciones físicas o enfermedades incapacitantes.

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