Se trata de Romeyno Gutiérrez Luna, el primer pianista indígena de América Latina, es un músico rarámuri cuya historia refleja el poder de la amistad y los lazos culturales.

Nacido en Retosachi, Chihuahua, Romeyno debe su nombre a Romayne Wheeler, un pianista estadounidense que se estableció en la Sierra Tarahumara y entabló una profunda amistad con Juan Gutiérrez, un destacado violinista local.

Prometiendo honrar a su amigo, Juan nombró a su primer hijo Romeyno y Wheeler se convirtió en su padrino. Desde pequeño, Romeyno mostró un talento natural para el piano, aprendiendo del propio Wheeler y desarrollando una habilidad extraordinaria.