En una casa apenas hecha de madera, láminas y otros materiales, que a simple vista puede percibirse que está a punto de caerse, así vive desde hace muchos años solo son su soledad don Bernardino Martínez Moncada.

Para ser exactos desde hace 50 años, el hombre de 87 años, aunque aún bastante lúcido, no sabe ni siquiera el nombre de la colonia donde vive, pues su mundo se reduce a unas decenas de metros a la redonda de lo que él llama su hogar.

Solo cuando le “cala” el hambre, don Bernardino se atreve a caminar más allá de los límites de su hogar, y apoyado en un bastón, busca la caridad de los vecinos, o cuando trae “un cinco”, busca adquirir algún alimento.

No siempre estuvo solo pues hacia tres años que su esposa falleció a quien recuerda con mucho amor y extraña, se dedicaban juntos a conseguir lo del día para comer juntos, recolectando ropa o chatarra.

Dice que cuando le va bien le regalan 5 ó 10 pesos, que va juntando para comprarse algo de comer, pero hay ocasiones en que tiene que comer nopales sin sal para mitigar el hambre.

Don Bernardino vive en la calle San Alfonso, en la colonia Nueva Esperanza, a la que se puede acceder por Otilio González o por Gustavo A. Madero por el lado del Parque Las Maravillas, y pide ayuda para quien con gusto desee apoyarlo.