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Estrategia de tecnología de Xóchitl Gálvez para combatir robos en carreteras: ¿Cómo funciona?

En su propuesta para abordar el problema de los robos en carreteras, la candidata presidencial Xóchitl Gálvez de la coalición Fuerza y Corazón por México destaca el papel fundamental de la tecnología y la inteligencia. Durante el Foro “Mujeres Transformando México”, organizado por la Cámara Nacional de Autotransporte de Carga (Canacar), Gálvez delineó su visión para mejorar la seguridad en el sector del transporte de carga, que enfrenta pérdidas millonarias debido a los robos de mercancía.
La estrategia de Gálvez se centra en la implementación de tecnología avanzada, como la inteligencia artificial y el análisis de big data, para combatir eficazmente los delitos en las carreteras. En caso de resultar electa en las próximas elecciones, su gobierno se compromete a aprovechar al máximo estas herramientas tecnológicas para garantizar la seguridad nacional.
Esta visión de un “gobierno tecnológico” implica una integración inteligente de tecnología y datos para identificar patrones, prevenir delitos y responder de manera rápida y eficiente ante situaciones de riesgo. Con el uso de la inteligencia artificial y el análisis de datos masivos, se espera mejorar la capacidad de las autoridades para anticipar y combatir los robos en carretera, protegiendo así a los transportistas y reduciendo las pérdidas económicas asociadas a estos delitos.
La propuesta de Xóchitl Gálvez representa un enfoque innovador y proactivo para abordar uno de los desafíos más apremiantes en materia de seguridad en el país, al tiempo que demuestra un compromiso firme con el uso responsable de la tecnología en beneficio de la sociedad.
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Una historia que nos invita a reflexionar

En 2015, al borde de una carretera, una pequeña casa azul de techo de lámina comenzó a ser testigo de una vida sencilla pero profunda. Allí vivía una pareja de ancianos que, año tras año, aparecía en las imágenes de Google Maps: tomando el sol, pelando verduras, conversando o simplemente contemplando la vida pasar. No necesitaban nada más, porque se tenían el uno al otro.
El tiempo siguió su curso. En 2020, seguían juntos, compartiendo cada día como siempre. Pero en 2021, la escena cambió: él ya no estaba. Solo ella permanecía, apoyada en la puerta o sentada en el mismo banco donde antes compartían todo.
Para 2023, la casa mostraba las marcas del paso de los años: paredes descascaradas, colores apagados. Y aun así, ella seguía allí, firme, como si esperara en silencio, recordando lo que alguna vez fue.
En 2025, ya no quedaba nada. Ni la casa azul, ni el banco de madera, ni el techo oxidado. Solo un terreno vacío y el eco de una historia que dejó huella en quienes tuvieron la oportunidad de verla.
Hay relatos que no llegan a los periódicos ni a la televisión. Se esconden en rincones olvidados, como la casa donde dos corazones envejecieron juntos, cuya memoria desapareció silenciosamente… pero cuyo testimonio permanece en la mirada de quienes la descubrieron.