Nacionales
CDMX aprueba la ley Paola Buenrostro para castigar los transfeminicidios con hasta 70 años de prisión
El Congreso de la Ciudad de México aprobó la Ley Paola Buenrostro, tipificando los transfeminicidios y estableciendo penas de 35 a 70 años de prisión. Con 45 votos a favor y uno en contra, se modificaron el Código Penal, la Ley de Víctimas, el Código Civil y la Ley Orgánica de la Fiscalía capitalina. La diputada Ana Francis López, al presentar el dictamen, destacó que el transfeminicidio es una manifestación extrema de violencia de género y discriminación.
La ley define el delito de transfeminicidio como el asesinato de una mujer trans o persona cuya identidad de género se perciba dentro del espectro femenino. Además, se establecen medidas para garantizar que las actas de defunción y la entrega de cadáveres respeten la identidad de género de la víctima, permitiendo que la “familia social” de la víctima, compuesta por amigos y compañeros cercanos, pueda realizar estos trámites si los familiares consanguíneos se niegan o vulneran la identidad de la persona transgénero.
El diputado Temístocles Villanueva subrayó la importancia de esta ley como un acto de justicia histórica para las mujeres trans y personas no binarias, buscando justicia, dignidad y visibilidad. En su discurso, Villanueva enfatizó la necesidad de asumir la responsabilidad histórica y dar un primer paso crucial hacia la restauración y no repetición de la violencia contra las personas trans.
La aprobación de esta ley marca un avance significativo en la lucha contra la violencia de género y la discriminación hacia la comunidad trans en la Ciudad de México. Los legisladores destacan que es solo el comienzo de un camino largo hacia la justicia y la igualdad, reconociendo la gravedad y existencia de la violencia específica que enfrentan las personas trans.
Nacionales
Restaurante flotante reactiva economía y se convierte en punto de encuentro en Coatzacoalcos
El arribo de un restaurante flotante a las playas de Coatzacoalcos no solo despertó curiosidad entre los habitantes, sino que también ha contribuido a reactivar la economía local.
Decenas de familias han acudido al malecón costero para tomarse fotos, convivir y disfrutar del ambiente, mientras comerciantes de nieve, cocos, chicharrones y antojitos aprovechan el incremento en la afluencia de visitantes.
Lo que en un inicio llegó como consecuencia de las inundaciones en el norte del estado, hoy se ha transformado en un espacio de reunión familiar y atractivo turístico improvisado en la ciudad.





