Nacionales
Rinden homenaje luctuoso a Frida, perrita rescatista
Durante la Ceremonia Luctuosa, el maestro retirado de la Secretaría de Marina, Israel Arauz, quien fue manejador de la perrita rescatista Frida, mencionó:
“Les diste la oportunidad que tuvieran una sepultura digna, les diste el consuelo hacia la vida eterna…. mi gordita muchas gracias por este tiempo de compañía, tú sabes que hubiera querido estar contigo en los últimos momentos y agradezco a mis compañeros que hicieron lo posible por ti en tus últimos ladridos.
“En mi caso te llevas parte de mi, pierdo una amiga, es un dolor profundo no poder a acariciarte, bañarte… salir a entrenar, te extraño y me quedo con tu carita en mi mente. Nos vemos gordita hasta la próxima misión”, manifestó Arauz con la voz entre cortada y acompañado del titular de la Secretaría de Marina, almirante José Rafael Ojeda Durán.
El Secretario depositó la urna de la perrita en la base de la escultura de bronce en las instalaciones de la dependencia en la alcaldía Coyoacán.
En su discurso el titular de la Semar señaló que Frida se convirtió en símbolo de amor y solidaridad, “nuestra labrador nos dio motivos para no perder la fe, nos recordó lo mucho que podemos hacer donde un ladrido puede ser la diferencia y confirmamos que los sentimientos no conocen nacionalidad”.
Abundó que Frida nos deja ejemplo a seguir con su valentía, coraje y tenacidad porque nunca se venció. Detalló que fortalecerán su legado. “Frida descansa en paz”.
La perrita color miel, de 13 años, tenía problemas de cadera, articulaciones y a principios de año se le detectó un tumor el cual estaba siendo tratado.
Frida pasó a situación de retiro el 24 de junio del 2019, en el marco del “Día Internacional del Rescatista”, en el cual entregó su equipo táctico y recibió un juguete, como símbolo del inicio de su nueva vida; asimismo, llevó una rutina tranquila que le permitió descansar luego de sus años operativos.
Nacionales
Restaurante flotante reactiva economía y se convierte en punto de encuentro en Coatzacoalcos
El arribo de un restaurante flotante a las playas de Coatzacoalcos no solo despertó curiosidad entre los habitantes, sino que también ha contribuido a reactivar la economía local.
Decenas de familias han acudido al malecón costero para tomarse fotos, convivir y disfrutar del ambiente, mientras comerciantes de nieve, cocos, chicharrones y antojitos aprovechan el incremento en la afluencia de visitantes.
Lo que en un inicio llegó como consecuencia de las inundaciones en el norte del estado, hoy se ha transformado en un espacio de reunión familiar y atractivo turístico improvisado en la ciudad.





