Reino Unido enfrenta un repunte significativo de casos de influenza H3N2, conocida como la “súper gripe”, debido a una nueva mutación que ha provocado un aumento de hospitalizaciones en Europa. Ante este escenario, autoridades sanitarias británicas han reintroducido el uso obligatorio de cubrebocas en hospitales, centros de salud y espacios con alta presencia de personas vulnerables.
Aunque no se trata de un mandato nacional general, el Servicio Nacional de Salud (NHS) recomienda a la población utilizar mascarillas en caso de presentar síntomas respiratorios o convivir con personas de riesgo.
La variante K del virus ha generado una temporada gripal más intensa de lo habitual, por lo que países europeos han reforzado medidas preventivas. Expertos insisten en mantener la vacunación y evitar la automedicación para reducir complicaciones.