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Papa Francisco se solidariza con habitantes de Aguililla, Michoacán ante ola de violencia
El papa Francisco envió un mensaje a los habitantes de Aguililla, en Michoacán, ante la violencia, la inseguridad y el asedio del crimen organizado en que viven; les aseguró que “no están solos” y les pide que confíen en Dios.
A través de una carta enviada al obispo de Apatzingán, Cristóbal Ascencio García, el sumo pontífice dijo: “El Señor es fortaleza y misericordia que nunca abandona a sus hijos, que la Iglesia es atenta y cercana a todos los que sufren”.
En el documento fechado el 11 de junio en la ciudad de Roma, el Papa le dice al obispo de Tierra Caliente que “he tenido noticias de los grandes sufrimientos causados por los violentos enfrentamientos entre bandas rivales de narcotraficantes que afectan a los habitantes de las poblaciones situadas en el territorio de esa Iglesia particular que el Señor ha confiado a tu cuidado pastoral”.
Agregó que “el clima de terror y de inseguridad que aflige a la población inerte es contrario a la voluntad de Dios, él quiere que todos sus hijos e hijas vivan su existencia en un clima seguro de serenidad y de armonía”.
“En estos momentos difíciles, quisiera hacerme presente y, por medio tuyo, también a los hermanos y hermanas del santo pueblo fiel de Dios que peregrina en Apatzingán”.
“Pido al Señor que convierta el corazón de los responsables de tanta muerte y desolación y también que inspire a los encargados del bien común a comprometerse en la erradicación del crimen y de la impunidad, así como en la generación de espacios de trabajo digno y útil para la entera sociedad, especialmente para los jóvenes de esta tierra. Que les permita salir de situaciones de pobreza y marginación, proyectarse a su futuro y no ceder a la tentación de adentrarse al circuito del narcotráfico y de la violencia”, puntualizó el papa Francisco.
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Restaurante flotante reactiva economía y se convierte en punto de encuentro en Coatzacoalcos
El arribo de un restaurante flotante a las playas de Coatzacoalcos no solo despertó curiosidad entre los habitantes, sino que también ha contribuido a reactivar la economía local.
Decenas de familias han acudido al malecón costero para tomarse fotos, convivir y disfrutar del ambiente, mientras comerciantes de nieve, cocos, chicharrones y antojitos aprovechan el incremento en la afluencia de visitantes.
Lo que en un inicio llegó como consecuencia de las inundaciones en el norte del estado, hoy se ha transformado en un espacio de reunión familiar y atractivo turístico improvisado en la ciudad.





