Durante la final de la Copa América 2024 entre Argentina y Colombia en el Hard Rock Stadium de Miami, se registró un ‘portazo’ por parte de aficionados que intentaron entrar a la fuerza, causando caos, lesionados y detenidos. Ante estos eventos, la Confederación Sudamericana de Fútbol (CONMEBOL) se deslindó de la responsabilidad, señalando que la gestión y las decisiones de seguridad eran competencia exclusiva del estadio.

El incidente ocurrió el 14 de julio, cuando cientos de aficionados desbordaron la capacidad del estadio, provocando un evidente sobrecupo y retrasando el inicio del partido por más de una hora. A pesar de la situación, el equipo argentino logró llevarse el título. CONMEBOL, a través de un comunicado, aclaró que la organización había ofrecido recomendaciones de seguridad, pero estas no fueron implementadas por las autoridades del Hard Rock Stadium.

CONMEBOL expresó su pesar por los hechos violentos y la alteración del evento deportivo, pero no proporcionó detalles sobre los daños, los heridos ni las cuestiones de salud que surgieron durante el incidente. El organismo subrayó que las decisiones operativas y de seguridad recaían en el recinto de Miami, según los acuerdos contractuales establecidos.