Internacionales
‘Coronavirus; una señal de Dios’: presidente de Nicaragua, tras 34 días de ausencia

Daniel Ortega reapareció en público después de 34 días saturados de especulaciones sobre su salud y aseguró el coronavirus ‘es una señal de Dios’.
El Gobierno de Nicaragua, sostienen los opositores, se ha tomado con cierta ligereza el avance de la pandemia. No rige la cuarentena y las fronteras están abiertas. Tras más de un mes de silencio se esperaba que el presidente dijera algo sobre el coronavirus que, según las estadísticas oficiales, ha provocado una muerte y 13 contagios.
El mandatario aseguró que el país lucha con paciencia contra el Covid-19, pese a que las autoridades sanitarias regionales han criticado a su administración por negarse a tomar medidas restrictivas para enfrentar la pandemia.
Además Ortega dijo que el virus es para que los gobiernos no gasten miles de millones de dólares en bombas atómicas, en bases y alianzas militares.
‘El Señor nos está mandando esta señal (…) es la oportunidad de hacer un cambio social hacia la paz’, dijo el mandatario.
El mandatario se ha negado a decretar cuarentena y a cerrar fronteras, además de que ha promovido marchas, festivales masivos y viajes a la playa.
Además, el ex comandante sandinista, convertido al catolicismo cuando retornó al poder, en 2007, ha traducido el supuesto sermón celestial. “Nos está diciendo ‘ustedes van por mal camino'”, le comunicó a la población.
Internacionales
Donald Trump ordena implementar la pena de muerte en Washington D.C.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó un memorándum dirigido a la fiscal general, Pam Bondi, y a la fiscal del Distrito de Columbia, Jeanine Pirro, en el que instruye la implementación “plena” de la pena de muerte en la capital estadounidense. La medida revierte la abolición de la pena capital en Washington D.C., vigente desde 1981, y busca responder a lo que la administración califica como un aumento de la criminalidad en la ciudad.
Según el memorándum, los fiscales federales deberán buscar la pena de muerte en todos los casos apropiados bajo la legislación federal, particularmente en delitos graves como homicidios y asesinatos de agentes de policía. Además, se indica que ejercerán jurisdicción federal para garantizar la aplicación de la pena capital, en lo que la administración Trump considera una acción necesaria para mantener la seguridad.
La decisión ha generado un amplio debate. Expertos legales y organizaciones de derechos civiles han expresado su preocupación por la posible violación del derecho de autogobernanza de Washington D.C., cuya población ha rechazado la pena de muerte en referendos anteriores. También se cuestiona el impacto de esta medida sobre las normas legales y la autonomía local.
Esta acción forma parte de una serie de iniciativas del gobierno de Trump para expandir el uso de la pena de muerte a nivel federal, incluyendo la reactivación de ejecuciones federales tras la pausa durante la administración de Joe Biden. La medida consolida un cambio significativo en la política criminal de la capital estadounidense y promete generar un intenso debate jurídico y político en los próximos meses.