Ciencia y Tecnología
Desarrollan científicos de la UNAM estómago artificial

Los investigadores Gabriel Ascanio Gasca y Alberto Caballero Ruiz, del Instituto de Ciencias Aplicadas y Tecnología de la UNAM, han creado un estómago artificial que, aunque no está diseñado para uso humano, podría tener un gran impacto en el campo de la medicina al facilitar el estudio de la disolución de fármacos.
De acuerdo con la farmacopea, cualquier medicamento debe desintegrarse en un máximo de 20 minutos. Sin embargo, los equipos utilizados actualmente con este propósito son bastante rudimentarios, consistiendo en tanques con un agitador.
“Este estómago artificial busca simular el funcionamiento de un estómago humano. Lo hemos probado con éxito en la desintegración de alimentos como salchicha y melón. Funciona de manera similar al órgano natural, con tres y medio ciclos por minuto. Además, se añaden jugos biliares para evaluar la capacidad de desintegración de los alimentos”, explicó Ascanio Gasca.
Aunque el dispositivo aún no está destinado para el uso clínico en humanos, su desarrollo representa un avance significativo en la investigación farmacéutica, brindando una herramienta más precisa y eficiente para el estudio de la desintegración de medicamentos. Este proyecto promete contribuir al desarrollo de tratamientos más efectivos y seguros para diversas enfermedades.
Ciencia y Tecnología
Impacto ecológico: el auge de imágenes IA estilo Ghibli consumió millones de litros de agua

El reciente auge de imágenes generadas con inteligencia artificial (IA) al estilo Ghibli tuvo un alto costo ambiental, pues, según un reporte del Washington Post en colaboración con investigadores de la Universidad de California en Riverside, se estima que en cinco días se consumieron más de 216 millones de litros de agua para mantener los servidores que procesaron las ilustraciones.
Este impacto se debe a que OpenAI, empresa responsable de la tecnología utilizada, emplea aproximadamente 2 litros de agua por cada 50 consultas para refrigerar sus centros de datos.
El informe ha generado debate sobre la huella ecológica de la IA, un sector en crecimiento que, si bien revoluciona la creatividad digital, también plantea retos en términos de consumo energético y sostenibilidad.