Internacionales
Corea del Sur planea prohibir la venta y consumo de carne de perro a partir de 2027

El gobierno y el Partido del Poder Popular en Corea del Sur proponen una ley para prohibir el consumo de carne de perro, buscando poner fin a la controversia y la crueldad asociada. La medida, que se espera sea vigente a partir de 2027, cuenta con el respaldo bipartidista y se espera que sea aprobada por el parlamento. La prohibición incluirá un período de gracia de tres años y apoyo financiero para que las empresas afectadas por el cambio de giro abandonen la industria.
Aunque comer carne de perro ha sido una práctica ancestral en Corea, la creciente oposición, especialmente entre la generación más joven, ha llevado a este cambio de política. La prohibición afectará granjas, mataderos, empresas de distribución y restaurantes que crían perros para consumo humano. Grupos defensores de los derechos de los animales celebraron la noticia, mientras que asociaciones relacionadas con la carne de perro expresaron su oposición y preocupación por el impacto en los medios de vida de los criadores y comerciantes.
Internacionales
Biden revela la dependencia económica de Estados Unidos en la venta de armas

El presidente Joe Biden y su equipo han expuesto abiertamente la conexión entre la economía estadounidense y la venta de armas al solicitar fondos significativos para Ucrania e Israel. Biden destacó que al enviar equipo bélico a Ucrania, Estados Unidos reabastece sus arsenales con productos fabricados internamente, argumentando que esto fortalece la defensa del país. La Casa Blanca reconoció que el 60% de la asistencia militar a Ucrania hasta ahora ha beneficiado a la base industrial de defensa estadounidense.
La solicitud de más de $100 mil millones para Ucrania e Israel incluye más de $50 mil millones en contratos militares estadounidenses, beneficiando a empresas en casi todos los estados. La Casa Blanca enfatizó que esta ayuda militar no solo tiene ventajas geoestratégicas, sino que también revitaliza la base industrial de defensa, generando empleos bien remunerados en todo el país.
La dependencia de Estados Unidos en la venta de armas como impulsor económico no es una novedad, pero la franqueza con la que la administración actual aborda esta realidad marca un nuevo nivel de transparencia. Biden y su equipo argumentan públicamente que armar a otras naciones beneficia la economía y mantiene empleos de alta remuneración. Sin embargo, críticos como William D. Hartung señalan que las decisiones sobre ventas de armas deberían basarse en impactos estratégicos y de derechos humanos, no simplemente en beneficios económicos.
Expertos destacan que, a lo largo de 10 años, el gobierno de EE. UU. destina aproximadamente $4 billones a contratistas militares, en comparación con los $370 mil millones comprometidos para abordar el cambio climático. Esta dependencia de la economía en el gasto militar plantea preocupaciones sobre el debilitamiento de otras áreas esenciales, como infraestructura, salud y educación, mientras se refuerza el complejo militar-industrial.