Un estudio realizado por el psicólogo James Anderson para la Universidad de Kyoto publicado en la revista “Neuroscience and Biobehavioral Reviews” demostró que los caninos son capaces de distinguir a una persona buena de una mala conforme al comportamiento que adoptan cerca de ellas.

El experimento consistió en estudiar la reacción que adoptaban varios perros luego de observar ciertas conductas en humanos en diferentes circunstancias, por ejemplo:

En una primera ocasión, el dueño de un perro trataba abrir un jarro mientras estaba con dos actores, uno le ofrecía ayuda mientras que el otro simplemente lo ignoraba. En otro instante, el perro veía a su dueño siendo rechazado por alguien y de nuevo con una persona que simplemente observaba.

Posteriormente, los actores se aproximaban al perro para ofrecerle un premio, el canino los aceptaba sin preferencias cuando el actor que ayudaba a su dueño se lo ofrecía, por otro lado, rechazaba el premio cuando se trataba del actor que no ayudaba a su dueño y prefería aceptar el premio únicamente del que si ayudó.