La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) recomienda a México y América Latina implementar políticas fiscales y monetarias expansivas para impulsar la recuperación del Producto Interno Bruto (PIB) en 2021 ante la caída que tuvieron las economías latinoamericanas por la pandemia de Covid-19.

En el Balance Preliminar de las Economías de América Latina, la secretaria ejecutiva de la CEPAL, Alicia Bárcena, dijo que requieren políticas monetarias y fiscales activas para lograr la recuperación paulatina de las economías latinoamericanas, debido a que, enfatizó, ha sido la región más golpeada del mundo por la crisis sanitaria.

La bióloga mexicana consideró que para lograr la actividad económica que se registraba en México antes de la pandemia, que estima se alcanzará hasta 2024, la CEPAL propone medidas de mediano plazo con una sinergia entre las políticas industriales, económicas, sociales y ambientales encaminadas a la transformación estructural para favorecer el crecimiento del empleo en el país.

Basada en el balance preliminar, Bárcena explicó que México ha sido uno de los países de América Latina que menos medidas fiscales ha implementado en la actual crisis sanitaria con sólo el 1.1 por ciento del PIB y no tiene garantías estatales de crédito, mientras que Brasil, Chile y Argentina han sido de las naciones con mayores esfuerzos fiscales para inhibir el desempleo.

A consecuencia de la crisis sanitaria, la posición fiscal de México se ha deteriorado en este año al pasar del 0.8 en 2019, al 0.4 por ciento, y tuvo una caída del PIB del 9 por ciento; mientras que para 2021 se estima una tasa de recuperación del 3.8 por ciento. Pero, enfatizó, que estas condiciones pueden variar por distintos factores y subrayó que la recuperación de tres por ciento se deberá principalmente al arrastre económico, mientras que el crecimiento real será de apenas 0.8 por ciento.

La CEPAL recomienda que se den espacios para fortalecer los ingresos de forma progresiva y eficiente para reducir la evasión y elusión tributaria, la reorientación de los gastro tributarios, consolidación del impuesto a la renta en personas físicas y morales, la extensión de los impuestos sobre patrimonio y propiedad, así como impuestos a la economía digital, ambientales y relacionados con la salud pública.

Además, también se debe priorizar el gasto para la reactivación y transformación económica social con una inversión extensiva en empleos y ambientalmente sostenible en sectores estratégicos, el ingreso básico a personas en pobreza, el financiamiento de las pequeñas empresas en sectores estratégicos, incentivos al desarrollo productivo, revolución digital para la sostenibilidad y tecnologías limpias, así como la universalización de sistemas de producción social en salud, educación, pensiones, seguro de desempleo e ingreso básico.

La política monetaria debe orientarse a preservar la estabilidad macro financiera y sentar las bases para la recuperación de las economías, por lo que se debe mantener el enfoque pragmático de la política monetaria combinado con medidas convencionales y no convencionales, el aprovechamiento de los espacios que otorgan bajos niveles de inflación para sostener políticas monetarias expansivas durante la recuperación, adecuar la normativa de controles capitales y macro prudenciales para evitar flujos de capitales no deseados y emplear las reservas internacionales, así como la ampliación de convenios con organismos financieros internacionales.

Asimismo, la CEPAL indicó que esto debe ir acompañado con el crecimiento del empleo y por ello propone la transformación de la matriz energética basadas en energías renovables, así como fomentar la economía circular.

Barcena advirtió que el retiro de las políticas monetarias expansivas podría frenar el crecimiento económico y enfatizó en que debe fortalecerse la inversión en los sectores más dinámicos de la economía.