Una enorme fuga de aguas negras ha provocado una serie de reclamos hacia el ayuntamiento municipal y a la Comisión Estatal de Agua y Saneamiento (CEAS); los vecinos de la calle Gregorio Méndez Magaña y Pípila, quienes están padeciendo los problemas serios de salud pública al respirar olores putrefactos que se desprende del tubo y que van a parar al “arroyo muerto”, y al margen se encuentran asentado la escuela de música “Alfonso Denis Ruiz” y el jardín de niños “América Ruiz de Chan”, denunciaron que ya no aguantan la pestilencia.

El tubo lleva aproximadamente más de 55 años sin recibir mantenimiento, lo que ha originado su fractura y ha empezado a emanar aguas negras con olores insoportables que llegan a diversas cuadras del municipio y a pesar que ya es del conocimiento de las autoridades, nadie les ha dado una respuesta a las peticiones de los vecinos.

Una vecina de la calle Pípila, indicó que lleva viviendo más de 33 años al margen del “arroyo muerto”, y que fue una de las peticiones que se le realizó a la alcaldesa municipal cuando andaba en busca del voto y que prometió desazolvar y mantener limpia el canal de agua, sin embargo, todo quedo en promesas. Pues aseguró que cada 3 meses tienen que cooperarse y mandar a limpiar por las serpientes, y roedores que andan entre los montes.

Santiago Leyva Lázaro, declaró que existe un tubo que atraviesa el arroyo muerto, y debido a la falta de mantenimiento se reventó y provocó que las aguas negras inundaran el arroyo siendo insoportable de estar dentro de las viviendas, por lo que solicitan de manera urgente la intervención del gobierno, y de CEAS, para darle una solución.