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La Internacional Villahermosa

Ciencia y Tecnología

Buscan extraterrestres con inteligencia artificial y ayuda del público

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Científicos en la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA) desarrollan una herramienta de inteligencia artificial para acelerar la búsqueda de evidencias de civilizaciones extraterrestres, y para ello han echado mano del público, que con solo una computadora o un teléfono inteligente puede ayudar, dijo Jean-Luc Margot, líder del proyecto.

El equipo de Margot, profesor de Ciencias de la Tierra, Planetarias y Espaciales, analiza señales de radio para distinguir entre las procedentes de fuentes locales, como sistemas de telecomunicación o radares, y aquellas de origen extraterrestre.

Y de las originadas en el espacio profundo busca discernir entre las provocadas por fenómenos naturales como cuásares y supernovas, y las que pudieron ser generadas por medios técnicos. Los astrónomos llaman a estas últimas “firmas tecnológicas”.

El proyecto se basa en ondas radiales debido a que, de acuerdo con el académico, “es muy fácil generarlas, se esparcen a la velocidad de la luz y el universo es muy transparente a ellas, lo que las hace muy buenas para la comunicación” a escala espacial.

Desde 2016 el equipo de UCLA ha usado el Telescopio Green Bank en Virginia Occidental, el mayor radiotelescopio totalmente orientable del mundo, para captar emisiones procedentes de estrellas y sistemas planetarios. “Hemos sondeado unas 41 mil estrellas y detectado alrededor de 64 millones señales”, indicó el investigador.

De las señales recibidas, aproximadamente 99.8 por ciento son clasificadas por el sistema computacional del proyecto como interferencia radial de origen humano, lo que aún deja cientos de miles de las señales más prometedoras que deben ser examinadas por personas.

Pero una nueva herramienta que el equipo está desarrollando con ayuda del público se propone agilizar la búsqueda. El programa SETI (Búsqueda de Inteligencia Extraterrestre) de UCLA convocó el 14 de febrero a cualquier persona que lo desee a colaborar en la clasificación de las señales. Para ello solo se necesita una computadora o un teléfono inteligente.

Después de ver un breve tutorial en la página de la plataforma de investigación de Zooniverse, a los voluntarios se les pide que examinen imágenes de ondas de radio y que contesten preguntas sencillas, por ejemplo si están orientadas vertical u horizontalmente.

A continuación deben elegir entre un conjunto de ilustraciones de tipos comunes de interferencia radial aquella que mejor corresponda a la señal que analizaron.

Con ello los investigadores buscan generar algoritmos (conjuntos de instrucciones precisas) de inteligencia artificial que discriminen con mayor eficiencia las señales.

Para el profesor, esta sociedad puede anclar la conversación sobre la vida fuera de la Tierra en la ciencia y lejos de la fantasía. “Esperamos que nuestra plataforma ofrezca una probada del método científico a nuestros voluntarios. El método científico es un motor poderoso para abandonar los mitos y descubrir verdades acerca de la naturaleza”, apuntó.

Dijo estar “emocionado por la asombrosa respuesta del público” y precisó que de los 236 examinadores que había en la etapa previa, que completaron 5 mil clasificaciones, desde el inicio de la iniciativa de colaboración ciudadana “miles de voluntarios han entregado 200 mil clasificaciones”.

Agregó que aún espera que más personas del público se unan a esta misión.

El catedrático dijo no sentirse desalentado por el hecho de que hasta ahora no se hayan encontrado evidencias de vida fuera de nuestro planeta.

En cuanto a la vida inteligente, señaló que la probabilidad de que una civilización extraterrestre desarrollara su potencial comunicación interestelar al mismo tiempo que los humanos (en las últimas décadas con el desarrollo de la radioastronomía) “es prácticamente cero”, dados los 14 mil millones de años del universo.

Por tanto, aseveró que “es casi seguro que otra civilización evolucionara en un momento distinto, lo que significa que son más avanzados que nosotros por miles o millones de años”.

“Tenemos el potencial de establecer contacto con una civilización mucho más avanzada. Imagínese lo que podríamos aprender, los beneficios para la ciencia, la ingeniería, la medicina, las artes, la filosofía”, puntualizó.


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Ciencia y Tecnología

La pastilla que sustituye al ejercicio está cada vez más cerca: ¿un avance revolucionario o un riesgo para la salud?

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Investigadores han descubierto nuevos compuestos químicos que podrían imitar los beneficios del ejercicio físico, ofreciendo la posibilidad de una píldora que reemplace la actividad física. Presentado en la reunión de primavera de la Sociedad Química Estadounidense, este avance plantea interrogantes sobre sus implicaciones para la salud y el bienestar humano.

El compuesto SLU-PP-332, desarrollado por científicos dirigidos por Bahaa Elgendy, profesor de anestesiología en la Universidad de Washington en St. Louis, activa proteínas especializadas llamadas receptores relacionados con el estrógeno (ERR), imitando así los efectos del ejercicio sobre el metabolismo y el crecimiento de las células musculares.

Aunque este avance podría beneficiar a personas que no pueden ejercitarse por razones médicas o enfermedades que causan atrofia muscular, como la distrofia muscular de Duchenne, plantea preocupaciones éticas y de salud. Algunos expertos advierten sobre los posibles riesgos de una píldora que sustituya al ejercicio, destacando la importancia de la actividad física para la salud mental y cardiovascular.

Si bien SLU-PP-332 muestra promesas para combatir enfermedades como la insuficiencia cardíaca, la obesidad y la enfermedad de Alzheimer, se requiere más investigación para comprender completamente sus efectos y riesgos potenciales. Mientras tanto, los científicos continúan explorando esta nueva frontera en la medicina, con la esperanza de mejorar la calidad de vida de aquellos que enfrentan limitaciones físicas o enfermedades incapacitantes.

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